martes, 15 de abril de 2008

Santos Reyes Magos

ADORACIÓN DE LOS SANTOS REYES

Personas que hablan:

Un Ángel.
Rey Gaspar.
Paje de Gaspar.
Rey Melchor.
Paje de Melchor.
Rey Baltasar negro.
Paje de Baltasar negro
Rey Herodes.
Dos pajes del Rey Herodes

(Los tres Reyes, Gaspar, Melchor y Baltasar, vendrán de a caballo hasta reunirse en un puesto destinado, donde a poca distancia estará el Rey Herodes en un balcón o tablero, esto antes de llegar a la Iglesia, el primero en llegar será Gaspar, y habla quedando antes observando)

Gaspar. Voces de allá escuché
Mas no es creíble que a estas horas
Tranquilo y solitario
El palacio se encuentre…….. todo calla
Solo en mi santuario
Allí a los pies de Dios mi fe batalla
¿Si traición divina
La aparición anuncia
De una estrella que marca cristalina?
¿Si el gentilísimo refulgente huella?
¿Si todo el orbe con afán augura
El Dios que ha de salvar las criaturas?
¿Cómo el Señor no abrevia la hora
En que nazca esa estrella bienhechora?

(Llega Melchor a Gaspar por la derecha de este y le habla)

Melchor. Salve Gran Rey
Perdona si vengo a pedir en tu morada
Un hospedaje humilde,
De tu casto saber voló la fama,
Tus glorias enaltecen en Oriente,
Tu pompa egregia por doquier ensalzan.

(Llega Baltasar a los dos por la izquierda, quedando en medio a Gaspar y habla Baltasar)

Baltasar. A vuestras plantas nobles personas
Llega este humilde extranjero
Guiado por una estrella
O un brillante lucero
Y aquí se le ha oscurecido
Perdonadle os lo ruego.

Gaspar. Que milagro tan patente
Ha obrado el señor del cielo,
Que la oscurecer me guía
Con dos extraños me encuentro
Que según se me parece
E imagina mi cerebro
Son Reyes de otros dominios
De aqueste mismo universo.
Señores también soy Rey
Que desde Judea vengo
Guiado por una estrella
O un brillante lucero
Por cumplir las profecías
Que ese Salvador excelso
Ese Rey de las legiones
Que domina el alto Cielo
Reveló al pastor David
Y le profetizó, al mismo tiempo
Que hizo penitencia
Metido en aquel desierto
Que abandonó a las mujeres
Y que llamado al padre eterno
Y pidiéndole perdón
De haber cometido yerros
Le bendijo y al morir
Le ha colocado en el cielo.
Pero en fin nobles personas
Ya que aquí juntos nos vemos
El haberme puesto en camino
Explicaré sin recelo
Y mi venida cómo ha sido
Y hallarme en aqueste punto.
Estando pues entre sueños
Un Ángel me reveló
Que había nacido El Mesías
Hijo del Grande Señor.
Dispertándome elevado
De ver aquel mensajero
Que con grandes resplandores
Se ha elevado al alto Cielo.
Salí con un telescopio
Y habiendo visto en los astros
Un lucero refulgente
Por ese hermoso aparato.
Tomé al punto comestibles
Y llamando mi lacayo
Mandé que con ligereza
Arregle mi dromedario
Y mandé que se preparase
La guardia de mi palacio.
Se prepara luego al punto
Y acompañándome vienen
Y guiados por una estrella
Andamos pues diligentes
Noche y día sin cesar
Hasta que se nos oscurece.
Esta pues es mi venida
Y si a mí se me acompaña
Vamos pues a preguntar
Y a seguir nuestra jornada.

Baltasar. Gran milagro
Es el que el Señor ha obrado
Cuando en sitio desconocido
Tres Reyes nos encontramos.
Y suponiendo que el más joven
Me encuentro de todos tres
Explicaré sin tardanza
Mi motivo como es
De hallarme en aquete sitio.
He venido de la Arabia
Llevando ya doce días
En esta fuerte jornada
Sin preguntar ni decir
A nadie ni una palabra
Mas que hablo primera vez
Con esta noble compaña.
Después de haber sabido
Por un mensajero real
Que en Belén había nacido
un niño Celestial.
Que habiendo concebido
Sin algún varón tocar
Del señor de Cielo y tierra
Y Rey de la cristiandad.
Es hijo de una Señora
Que en sus divinas entrañas
Se hizo carne el verbo eterno
Con conceder las palabras
Que el arcángel San Gabriel
Le habló después que la vio
Que estaba humilde y postrada
Haciendo oración a Dios
La dijo aquestas palabras.
Virgen María
Que eres llena de gracia
Entre todas las mujeres
Eres bendita y sagrada
Y será bendito el fruto
Si admites una palabra
Que por mandado de Dios
Te traigo pues anunciada.
Luego enseguida esta Virgen
De ver aquella hermosura
Le concedió la palabra
Y concibió en su ternura.
Enseguida el mensajero
Se retira muy alegre
A dar la buena nueva al que ya
La sabía tan felizmente.
Como en un corto pueblo
Que está a dos leguas del Sur
Del grande Jerusalén
Había de hallarse esta luz.
Enseguida esta doncella
Se ha partido presurosa
A Nazaret a visitar
A Santa Isabel hermosa.
Debe ser cosa muy grande
El niño recién nacido
Que vamos a visitar.

Melchor. ¿Qu’es aquesto
Que distintamente miro
A la vez, pues se oscurece
El guía que me ha traído
A un tiempo se me aparecen
Dos hombres desconocidos
Que según demostraciones
Son Reyes de otros dominios.
Señores también soy Rey
Y si vuestras Majestades
Desean acompañarme
Les diré el motivo grande
Que tengo de verme aquí
Lleno de gozo y afable.
Una aspiración del cielo
Me avisó que había nacido
Un niño que se esperaba
Ya de tiempos muy antiguos.
Y que estaría humillado
En un inferior portal
Niño que hasta los pastores
Vendrían a visitar.
Señores, sin descansar
He venido doce días
De la tierra de Sabá
Y he traído por guía
Una estrella refulgente
Y al llegar a aqueste sitio
El guía se me oscurece
Sin ver señal de tal niño.
Así será lo mejor
Acercarnos y preguntar
Por el niño recién nacido
Si se halla en esta ciudad.

Gaspar. Eterno Dios suspende ya tus iras
Y del solio inmortal en donde miras
Esta grey infeliz desciende amante
Tu verbo y de raza pecadora
Carne vertiendo nazca el regio infante
Y en su seno fecundo
Ha de brindar la paz a todo el mundo.

Baltasar. Seguiremos la marcha
Con paso lento a la par
Por ver si alguien encontramos
A quien poder preguntar.

Herodes. Ah de mi guardia.

Paje de Herodes. A las órdenes de su Real Majestad.

Herodes. ¿Sabes qué gentes o personajes
Son los que vienen preguntando
Por el recién nacido Rey de los Judíos?

Paje de H. Lo ignoro.

Herodes. Sea quien fuere di que se acerquen.

(Siguen andando los tres Reyes de a caballo, cada uno con su paje de a pie con dirección a Herodes sin estos haberle visto, y a poca distancia, antes de llegar a Herodes, se le pone delante el paje de Herodes armado y le da el alto)

Paje de H. Alto a la guardia.

Gaspar. Señor, a sus órdenes.

Paje de H. De parte de mi señor el Rey Herodes
Que se acerquen ustedes.

(Se va el paje de Herodes a su puesto)

Melchor. ¿Qué nos querrá?

Baltasar. ¿Si nos prenderá?

Gaspar. A verlo vamos.

Herodes. Me perturba de estos Reyes la venida

Paje de H. También conmovida por el caso está la turba.

Herodes. Me extraña
Que con tan dulces y armoniosos bríos
Por el Rey de los judíos
Pregunten los extranjeros.
Indagar procuraré cauteloso
Quién es el Rey misterioso
Que vienen a visitar
Y por si acaso pudiera
Indagar su paradero
Con este puñal de acero
(enseña un puñal)
Le pienso de coronar.
En mi reinado no hay más Reyes
Que el que hoy está reinando
Y me vienen conquistando
Con embustes halagüeños.
Me vengaré.

(Se acercan los tres Reyes de a caballo a Herodes acompañados de sus pajes, que siempre irán delante)

Herodes. ¿Qué gentes o personajes son ustedes
Que vienen preguntando
Por el recién nacido Rey de los judíos?

Gaspar. Somos tres Reyes
Que venimos del Oriente
Guiados por un lucero
O una estrella refulgente
A adorar el recién nacido
Rey de todos los Reyes.

Herodes. A adorar tres Reyes, tres deidades
Tres supremas majestades
A un infante cuya beldad
(Que) admira el cielo,
Guiados por una estrella
O un brillante lucero?
O rayos o centellas
Maldigan a mi poder
Si aquesta noticia es cierta.
Mas decidme gente honrada,
Reyes infelices, califas,
Que creéis en ilusiones,
Que en sueños os iluminan
Noticias que son tan varias
Contra todas profecías
Que tengo yo en estos libros
O escrituras antiguos.
¿Cómo venís de esta suerte
Y abandonáis el palacio
Entrando en esta ciudad
Todos tres con desacato?

Melchor. Este astro que entre luces
Refulgente nos guió;
Qué belleza, desde Oriente,
Pero apenas a este punto
Habemos llegado,
El astro se nos oscurece

Herodes. Pues decidme
Si esa estrella que decís
Se ha oscurecido y no vuelve
A parecer desde aquí,
¿qué será de vuestra suerte?
Y si vuelve a parecer
Y sigue larga jornada
¿seguiréis hasta encontrarle
Por cumplir vuestra palabra?
Y si llegarais a encontrarlo
En un mísero aposento
¿ os acercaríais a adorarle
Aunque esté sucio por dentro?
Y si al humillaros veis
Un niño lleno de lepra
Le adoraréis con respeto
En aquella inferior cueva?
Y si veis allí un anciano
Con una joven mujer
¿qué le diréis insensatos?
¡Y si vais a ofrecer dones
A ese tan lindo rapaz
Si es que se tiene por Rey
No os los recibirá!
Decidme pues, si queréis,
Reyes de naciones varias
¿cómo os han ilusionado
Y cómo creéis en farsas?
¿Qué señales conocisteis
En la atmósfera celeste
Para venir a Belén
Los tres Reyes del Oriente?
¿Qué fenómeno o qué astro
Os anunció el nacimiento
Para, sin comunicaros,
Salir los tres al encuentro?
¿Son esos ya los milagros
Que esperáis de ese Mesías
Que tanto habían anunciado
Aquellas gentes antiguas?
Pero si cuando supisteis
Que a media noche nació
Salís sin saber camino
Decidme ¿quién os mandó?
Si fue voluntariamente
El venir a visitarlo
Y a ofrecerle riquezas
¿llevaréis mira de algo?
Y si ya decís que es Rey
De toda aquesta Judea
Sin haberle coronado
¿querréis protegerlo en guerra?
Digo y repito mil veces
Reyes de naciones varias
Que acaso os sedujeron
Con celucerias falsas
Mas si os han seducido
¿Cómo no volvéis atrás
A ordenar vuestros reinados
Y dejáis a los demás?
En fin, no os digo nada
Cada uno su opinión,
Sigan el guía que llevan
Sin tardanza y sin recelo
Atraviesen mi nación
(Herodes aparte, para sí)
Adorarle han venido
Y si se advierte
Les mandaré prender
Y darles muerte.
Mi pecho irritado
Furioso y airado,
Ese niño a quien buscan
Cual rayo encendido
Cenizas le haré.
Que teme temores
Que espere furores
Pues mi brazo armado
Muerte le dará.
(Mientras habla para sí lo anterior está repasando libros y las escrituras antiguas y ahora habla a los Reyes)
Id pues Reyes del Oriente
Que ese niño que buscáis
En Belén lo encontraréis.

Los tres Reyes. ¡Belén!

Herodes. Y si lo encontráis
De él traedme recado
Que yo también quiero ir a verle
Y a ofrecerle este preciado.

(Enseña un puñal) (Desaparece el Rey Herodes)

*Paje de Melchor.
Por la cara que tiene ese Rey del balcón
Lo digo con certeza que tiene que ser traidor
Haga lo que haga, diga lo que dijere
Matar al Tierno Niño es lo que ese Rey quiere
Pero si se guiarán estos Reyes por mí
Ningún caso haría de lo que dijo ahí.

Gaspar. La estrella rutilante
Es nuncio de verdad
Mas en vano su giro
Espera mi anhelar.
Noche tras noche estudiando
La región Celestial
Sin ver del Astro bello
La luz singular.
(Siguen de a caballo hasta la puerta de la Iglesia donde se apearán retirando los caballos, y ellos se dispondrán para entrara en la Iglesia, poniéndose los pajes detrás, y al llegar a las puertas se paran y habla Gaspar)

Gaspar. Compañeros,
Ya diviso el resplandor
De la estrella que nos guía
Y ya vemos el milagro
De la omnipotencia divina

Melchor. Pues seguiremos la estrella
Que es la guía que nos guió
Hasta llegar al portal
Que la inspiración del Cielo me anunció.

Baltasar. Ya vamos cerca del portal
Pues la estrella va parando
Bien podemos ya decir
Que ha sido grande milagro.

(Se acercan al portal como a tres pasos de distancia)

Gaspar. Gran milagro
Cuando aquesta hermosa estrella
Con su resplandor nos guía
Hasta llegar al portal
Y en él poder adorar
La omnipotencia divina

Melchor. ¡Qué alegría, qué placer
Al llegar a este portal
En donde miro a este niño
Que es cordero Celestial.

Baltasar. Gran portento
Cuando vemos la hermosura
Que en este mísero portal
Está un niño cercado
De un coro celestial.

Paje de Gaspar.
(Acercándose al portal)
Dime niño tú que puedes
Reclinarte en cuna blanda
¿por qué prefieres y eliges
Esas pobrecitas pajas?
Ya lo sé que alguien me ha dicho
Que al mundo has venido a penar
Para salvar pecadores
Y librar la humanidad.
Mira niño tiernecito
Y vos también, Madre Bella,
Que aquí se acercan tres Reyes
Guiados por una estrella
Lo dispuso para ello
La sabiduría eterna.
(Se retira a su puesto)


Paje de Melchor.
(Acercándose al portal)
Sacerdote esclarecido
Que en manos de Simeón
Os tenemos por ungido
Échanos la bendición.
(Se retira a su puesto)

Paje de Gaspar.
(Acercándose al portal)
Pues según la señas
Éste es el portal
Porque aquella estrella
Aquí vino a parar
Y el niño que buscamos
Lo divisamos ya.
Pues no me gustaba nada
Y mi mente me decía
Que no se encontraba el niño
Ni aquella Virgen María.
Oh! qué cansado he llegado
(se sienta en el suelo)
Y qué alegre estoy, Dios amable
Porque encontré al recién nacido
Con su padre y con su madre.
(Se levanta y se dirige a los Reyes Magos)
Acercaros a adorarle
Reyes Magos del Oriente
Veréis qué hermoso está
En este mismo pesebre.

(Se retira a su puesto)
(Se van acercando los Reyes uno por uno a adorarle poniéndose de rodillas ante el portal el que le va a dorar)

Gaspar. Con el incienso oloroso
Os ofrezco Salvador
Todo cuanto alcanza y pueda
Este humilde corazón.
Guió una estrella en Oriente
A estos tres Reyes Magos
María es divina estrella
Que nos guía a los cristianos.
Jesús ha venido al mundo
Haciendo bien a los hombres
María cruza la Tierra
Sembrando buenas acciones.
Es la madre del Dios hombre
La santa Virgen María
Viene al mundo Inmaculada
Y subirá al Cielo, Purísima.
En la Creación entera
Hasta el sol tiene sus manchas
Sólo la Virgen María
Es la siempre Inmaculada.
Su salvavidas los náufragos
Buscan para no morir,
Los pecadores que quieran
Salvarse acudan a ti.
De tu Concepción sin mancha
Cantar quiero las delicias
Y sólo acierto a decirte
“Purísima tú Purísima”
Recuerda en el mundo siempre
Si duelos o ausencias lloras
Que María es la bendita
Madre de Misericordias.
Tú la sola Inmaculada;
La llena de gracia tú eres;
Y bendita y ensalzada
Entre todas las mujeres.
Viven los Reyes mortales
En palacios de oro y plata;
Y el Rey de reyes Eterno
Morar quiso en pobres pajas.
Dicen que es el castellano
Idioma rico y sonoro;
Para cantar a María
A mí me parece poco.
Como el agua de los ríos
Se dirige hacia el mar,
El amor de los mortales
Hacia nuestra Madre va.
Si el solo nombre de Madre
Merece una bendición
¡ bendita sea mil veces
La Madre del Salvador!
Los pajarillos del campo
Se refugian en su nido,
Los pecadores del mundo
En María hallan asilo.
Acuda siempre a María
Quien desdicha o culpa llore
Que es consuelo de afligidos
Y Madre de pecadores.
Reyes que venís por ellas
No busquéis estrellas ya
Porque donde el Sol está
No tienen luz las estrellas.
No busquéis la estrella ahora
Que su luz ha oscurecido
Este sol recién nacido
En esta virgen aurora.
Ya no hallaréis luz en ellas;
El niño os alumbra ya
Porque donde el sol está
No tienen luz las estrellas.
Aunque eclipsarle pretende
No reparéis en su llanto
Porque nunca llueve tanto
Como cuando el sol se enciende.
Aquellas lágrimas bellas
La estrella oscurecen ya
Porque donde el sol está
No tienen luz las estrellas.
Tanto venero tu nombre
Que siempre, Virgen María,
Cuando te invoco yo tengo
Puesta el alma de rodillas.
Yo no sé cuál es más grande
La dicha de amar tu nombre
O la desgracia del triste
Que tus glorias desconoce.
“Inmaculada” está escrito
En el portal de Belén;
“Inmaculada” repiten
Las calles de Nazaret.
En las dudas y temores
Que me asaltan en la vida
Busco en ti consoladores.
Y siempre que a ti rendido
Recurro amable Señora
Encuentro reparadora
La solución que he pedido.
¡Cómo no, si eres María
De toda virtud espejo
Madre del santo consejo
Y sol de sabiduría!
Quien va en pos de ti, no yerra,
Quien te sigue, halla el camino,
Quien te atiende, su destino
Inmortal llena en la tierra.
Cuando, pues, de Dios me alejo
Por error o culpa mía
No me dejes, no, María;
Dame, Madre, un buen consejo.
Niño hermoso y Soberano
Que estás en este portal
Ten piedad de nosotros
Y protege la Cristiandad.
Adiós, niño Soberano
Adiós, hermosa doncella
Adiós José que en tu casa
Florezca esa flor tan bella.

(Se retira Gaspar y se acerca Melchor)

Melchor. Con el oro os declaro
La suprema Majestad
Que se oculta en la figura
De la hermosa “pubeltad”
(sic)
Virgencita de mi pueblo
Estrellita de la mar
No me dejes nunca solo
Que sin ti no sé luchar.
Como eres fuente de vida
A mí me parece, madre,
Que antes de que tú nacieras
No había nacido nadie.
Tras las sombras de la noche
Viene del día la luz;
Eva fue la pecadora
Y María la salud.
¡María! No hallé en los pueblos
Ni en los idiomas distintos
Una mujer más excelsa
Con un nombre más bonito.
Escala mística es ella
Por la que yo subir puedo
De las miserias del mundo
A las justicias del Cielo.
Nada hay más grato a los hijos
Que las glorias de la madre
No puede amar a Jesús
Nadie que a María no ame.
No hay un hijo como el suyo
Ni una madre como ella
Ni un mortal que haya tenido
Cual José el cielo en la tierra.
Perdona mi atrevimiento
Me parece que agotó
En tu hechura sus primores
La Omnipotencia de Dios.
Quisiera tener ahora
Para ensalzar a María
Los pinceles de Murillo
Y la pluma de Zorrilla.
De las iras de las nubes
Nos defiende el pararrayos
De las cóleras de cielo
Nuestra Madre con su manto.
El viento canta en los árboles,
Juega en las flores la brisa
Y una y otro van diciendo
“Inmaculada, Purísima”.
En los palacios del Cielo
La sirven alados ángeles
Y en los pueblos de la tierra
Sus devotos congregantes.
El amor a la Purísima
Enfrena nuestras pasiones
Como el motor que regula
La marcha de un automóvil.
Tus afectos menos puros
Ante tu altar yo depongo
Porque tú eres la divina
Madre del amor hermoso.
En tu obsequio Virgen María
Voy a recorrer los campos
Para poner a tus plantas
Todas las flores de mayo.
Doce estrellas la coronan
Como Reina del Edén,
El sol la envuelve con su lumbre,
Tiene la luna a sus pies.
En este valle de lágrimas
Penas hemos de sufrir
Cuando concluya el destierro
Llévanos en pos de ti.
Reina del Cielo, alegría
Y esperanza del mortal
Mi lengua canta tus glorias
Mi corazón tu bondad.
El fuego impuro consume
Los corazones doquier,
María estuvo en el mundo
Como la zarza de Horeb.
Que eras , el ángel te dijo,
María llena de gracia,
Todas las generaciones
Que eres bienaventurada.
Dios que tiene un poder
Y sabiduría infinita
Después de crear al mundo
Creó a la Virgen María.
Entre las culpas del mundo
Surge el alma de María
Como en el campo se encuentra
El lirio entre las espinas.
Mística luz de mis ojos
Ya que con fe yo te busco,
Ilumina bondadosa
Mi camino por el mundo.
“Ave María Purísima”,
Dije al comenzar mi canto
Y respondo al concluirlo
“Concebida sin pecado”
Hermosura Celestial,
Queda con Dios que me voy
A retirarme a mi puesto
Y me despido de esta flor.
Con Dios niño soberano
Que en este inferior portal
Estás humilde y postrado
Siendo, pues, Rey Celestial.
Adiós hermosa María
Que ser madre has merecido
De este niño tan brillante
Y del Cielo has concebido.
Adiós José soberano
Que ser padre has merecido
Del lucero refulgente
Que al mundo nos ha venido.

(Se retira el Rey Melchor y se acerca Baltasar)

Baltasar. La mirra que suele ser
Contra concepción remedio
La muerte doy a entender
Al Hijo de Dios eterno
El mar en la playa dice:
“Ave, María Purísima”;
Contesta el eco en los montes:
“Sin pecado concebida”.
Ni hay una Madre más buena,
Ni hay una Esposa más casta,
Ni hay una Virgen más pura,
Ni hay una Mujer más santa.
Madre mía Inmaculada
Son tu corazón y el mío
Dos estaciones extremas
De un telégrafo sin hilos.
Es el nombre de María
Más bello que el rosicler,
Más puro que el claro cielo
Y más dulce que la miel.
Eres palacio erigido
En el monte de Sión,
Eres la palma de Cades
Y el rosal de Jericó.
Tal la belleza de tu alma
Al mismo Dios enamora
Que quiso fueras a un tiempo
Su Hija, Madre y Esposa.
Campanario de mi aldea
Cuando oigo tu voz bendita
Creo estar viendo al Ángel
Repitiendo “Ave María”.
Reina del Cielo y la Tierra,
Casa de oro, arca de alianza,
Eres puerta del Empireo
Y estrella de la mañana.
Cada pedazo de Cielo
Es un jirón de tus gracias
Cada pedazo de tierra
Pregona tus alabanzas.
Cuando sale el sol primero
En las altas torres brilla,
Cuando Jesús vino al mundo
Primero brilló en María.
La lluvia no apaga el fuego
En el cráter de un balcón
Los pecados de los hombres
No amenguan tu caridad.
Tú fuiste corredentora
En el drama del Calvario,
Lloraste por tu hijo muerto
Y también por mis pecados.
¡San José, fiesta de amor
En que el alma canta y juega!
Para anunciarnos que llega
Dios nos envía una flor.
Flor de cándido ropaje
Campanilla deliciosa
Que nos llama cariñosa
Con melifluo lenguaje.
Campanilla que ya toca
A fiesta por San José
¡Bendita sea la fe
Que a sus plantas la coloca!
Allí cuando la oración
La rosa con su ala ardiente
Gozosa inclina la frente
¡Ya ha cumplido su misión!
De bondad y de ternura
Manantial inagotable
Es en el erial del mundo
El corazón de una madre;
Y dos madres darnos quiso
El Señor con su bondad:
La que nos ame en el mundo
La que en el Cielo nos ame.
¡Oh, mi madre la del Cielo
En mis íntimos pesares
Busqué siempre la mirada
De tus ojos maternales;
Y siempre encontré en tu seno
Manantial inagotable
De bondad y de ternura,
¡Oh, corazón de una madre!
De los Cielos en la altura
Existen estrellas claras;
Y ellas forman la diadema
De la Reina Inmaculada.
Todas las galas del hombre
Están mezcladas con cieno;
Mas las galas de la Virgen
Brillan en el mismo Cielo.
Mi madre siendo yo niño
Quiso hacerme congregante,
Para que yo, al morir ella,
No me quedara sin madre.
Ninguno se llame huérfano
Si se le ha muerto su madre,
Que María Inmaculada
Es madre de los mortales.
Cuando por las tardes
Al “Angelus” tocan
Juntas las campanas
Con las oraciones
Alegran la Gloria.
Alegran la Gloria,
Cuando por la tarde
Se evoca en la Tierra
El dulce misterio
Que ha anunciado el Ángel.
Adiós niño soberano,
Adiós hermosa María
Que de todos los cristianos
Eres la Reina escogida

(Se retira Baltasar y se acerca el paje de Gaspar)

Paje de Gaspar
A vuestras plantas rendido
Vuestra grey tierna os implora
Piedad, Divina Pastora,
Que soy la oveja perdida.
Yo Señor que en nada puedo
Ofrecerle cosa alguna
Le ofrezco un corazón
Que dispone mi fortuna.

(Se retira el paje de Gaspar y se acerca el paje de Melchor)

Paje de Melchor

Pues yo que soy obediente
A esta virgen tan bella
Le ofrezco mi corazón
Que es una joya muy buena.

(Se retira el paje de Melchor y se acerca el paje de Baltasar)

Paje de Baltasar
Todos, pues, han ofrecido
Y ahora que falto yo
Le ofrezco, pues, muy rendido
Alma, vida y corazón.
Adiós niño soberano,
Adiós hermosos José,
Adiós divina María
Hermosísimo clavel.

(Se retira el paje de Baltasar, y al incorporarse a los Reyes, dan la vuelta intentando retirarse Reyes y pajes, pero se detienen al llamarle la atención el Ángel, que aparece por lo alto, encima del nacimiento)

Ángel
Venerables viajeros
Mi voz celeste escuchad;
Un Rey astuto y sagaz
Os prometió un plan artero.
Si por su reino os mandó
Regresar con faz serena,
En su corazón de hiena
Un plan inicuo trazó.
Ángel soy de las alturas,
Vivo y resido en el Cielo,
Estoy inmediato al Señor
Y yo soy su mensajero.
Soy quien anunció a la Virgen
Este hermoso nacimiento.
Soy el Ángel Gabriel,
Soy el que a deciros vengo
Que una vez que habéis venido
A adorar al niño excelso
Por protección del Señor
Guiados por mi lucero
O estrella refulgente
En los astros aparecido
Y al llegar a Jerusalén
Allí se os ha oscurecido.
Soy quien os vio preguntar
A ese Rey llamado Herodes,
Que a donde había nacido
Este niño tan hermoso
Rey de todas las naciones.
Le habéis dicho los tres Magos
Que una estrella os guió
Y señales en los astros
Su nacimiento anunció.
Herodes quedó admirado
Al oír la explicación
Que todos tres dirigisteis
A ese hombre traidor.
¡ Oh, Reyes Gaspar, Melchor
Y Baltasar, real familia
Que supisteis desechar
Vuestros tronos, vuestras sillas,
Por venir a visitar
Al mismo autor de la vida,
Guiados y protegidos
Por la omnipotencia divina
Y ahora os amenaza
Tratándoos de homicidas
Puesto que Herodes traidor
Os quiere quitar la vida.
Por eso he venido yo
Mensajero, como he dicho,
A disponeros de nuevo
Un hermoso y buen camino.
Partiréis rápidamente
Después que os despidáis
Andando vuestros camellos
Y pajes lo que podáis
Porque como os he anunciado
El rey Herodes dispone
Quitaros pronto la vida
Por envidia y por rencores.
Y vos José Soberano
Que esposo eres de María
Retírate de Belén
Con presteza y alegría.
Puesto que Herodes traidor
Ha mandado orden dar
Que a todos los niños varones
De dos años degollar
Por ver si coge a este niño
Que por Dios mandado está
Para rescatar al hombre
Y poderlo perdonar
Y librarlo del infierno
Y llevarlo al seno de Abrahán
También veréis a María
Para ser purificada
Ofrecer su niño al templo
Humilde, noble y postrada.
Veréis al gran Simeón
Tomar en brazos al niño
Y anunciarle su pasión
Con un ardiente cariño
Diciéndole:
Sunt dimitis servum tuum, Domine
Ahora si que Señor
Sacas en paz de este mundo
A tu siervo o criador
Considerad, Reyes Magos,
Estas humildes palabras
Que ese viejo Simeón
Dirá a la Virgen Sagrada
Señores que en este templo
Os halláis en oración
Considerad este acto
Que se está celebrando hoy.
Queden señores con Dios
Que me voy a retirar
Con presteza y ligereza
A la corte celestial

(Desaparece el Ángel y habla Gaspar)

Gaspar
Vámonos compañeros
A seguir nuestra jornada
Ya que el Ángel nos avisa,
Sin detenernos en nada.
Ya que habemos adorado
Al niño recién nacido
Y a la hermosa María
Y a José, esposo divino.
Seguiremos nuestra estrella
Que refulgente nos guía
Puesto que así nos protege
La omnipotencia divina.

Melchor
Ya que con alegría
Al niño hemos adorado
Partiremos presurosos
Cada uno por su lado.
Ya que nos anunció el Ángel
Que el rey Herodes espera
Por nuestra resolución
Y paranza de la estrella.
Vamos por distinto lado
Ya que esta estrella nos guía
Y no darnos a conocer
Porque él no nos persiga.

Baltasar
Vámonos compañeros,
A nuestra humilde morada
Según nos ordena el Ángel
Sin dilatarnos en nada.
Después de haber adorado
A este niño tan hermoso,
Cada uno por su lado
Partiremos presurosos
Sin que Herodes se aperciba
Pues con su mala intención
Le quiere quitar la vida.

(Se retiran todos)


FIN

Nota: (*) Esta intervención del Paje de Melchor no aparece en el texto, pero nos la proporcionó Aurelio Gago que interpretó el personaje en 1968. A él se la escribió en un papel Teodoro Lira que la recordaba pues él había interpretado el Rey Herodes en su tiempo.

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